En el Valle de San Luis, Los Promotores fueron puerta a puerta con información sobre COVID-19. Fue la mejor forma de compartir recursos

Photo courtesy Zoila Gomez
Promotor Manuel Montano on the left, and Neighborhood organizer Olga Montano, on the right deliver a farm worker a personal hygiene kit and COVID-19 information at Blanco Potato in the San Luis Valley on Feb. 1, 2021.

Por Elena Rivera. Read in English

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Para Lucía Miranda en Center, empezó con síntomas parecidos a un catarro.

Estaba cuidando a su padre, quien tiene cáncer, y no quería enfermarlo. Decidió hacerse la prueba del coronavirus, para estar segura.  

Recuerda la fecha exacta, el 27 de octubre, cuando el Departamento de Salud Pública de Río Grande llamó para decirle que su prueba había salido positiva por COVID-19.

"Solo me llamaron ese día para decirme que salí positiva y eso fue todo. Nunca más me llamaron. No me dieron ninguna información sobre lo que sucedería”, Miranda dijo.  

Miranda dijo que pensó que su prueba saldría negativa, así que las noticias la conmocionaron.

"Para serte sincera, cuando me dijeron: ‘saliste positiva’, lloré. Tenía tanto miedo”, dijo. “Me pregunté: ¿Y ahora qué? ¿Sobreviviré? ¿Qué va a pasar? Tenía muchas preguntas. Pero no pude preguntárselas a ellos porque fue solo como, bueno, saliste positiva. Nos vemos. Adiós”.  

Nadie más en su familia lo tenía, así que se puso en cuarentena por dos semanas en una habitación de su casa.

"Esa fue la parte difícil, estar alejada de todos, no poder hablar con mis hijos”, Miranda dijo. “Tengo una hija de 10 años. Hablábamos por la puerta, ella de un lado, y yo del otro. Me llevaba el desayuno y lo dejaba junto a la puerta con una pequeña nota que decía: ‘Espero te sientas mejor’. Así que creo que fue muy difícil para ella; muy, muy difícil”.  

Pero Miranda seguía teniendo preguntas: Si tenía fiebre, ¿qué podía tomar? ¿Cuándo debería ir a la sala de emergencias?  

Fue entonces que recibió otra llamada de un grupo local llamado Los Promotores del Valle de San Luis. El grupo se había enterado de su prueba positiva por COVID-19 y querían ayudarla. Le trajeron una caja con comida y contestaron sus preguntas.

“Me llegaban mensajes de texto todos los días [preguntándome] cómo me sentía, llamadas, si necesitaba algo más”, Miranda dijo. “Me trajeron un botiquín de primeros auxilios. Me trajeron tés cuando los necesitaba. Fueron de gran ayuda”.

Los Promotores llenaron un vacío que los funcionarios de salud pública dejaron

El grupo se formó en mayo después de los brotes por coronavirus en una granja de champiñones en Alamosa y en almacenes de papas en Center. Lisa Lucero, quien trabaja en el Centro de Educación sobre la Salud en el Área del Valle de San Luis (SLV AHEC, por sus siglas en inglés), ya estaba realizando esfuerzos de alcance entre trabajadores agrícolas y sus familias, pero se dio cuenta de que había un vacío en la salud pública.

Los trabajadores agrícolas, muchos de quienes hablan principalmente español o qʼanjobʼal, un idioma indígena guatemalteco, no estaban recibiendo información sobre cómo se propaga el virus y lo que debían hacer si recibían una prueba positiva.

Photo courtesy Anita Rodriguez
A farm worker in the San Luis Valley receives a food box during his lunch break at Worley & McCullough Potatoes on March 1, 2021. Lisa Lucero, a volunteer with Los Promotores, is pictured in the back handing out jackets.

“Unas semanas antes, el director de salud pública del Condado de Saguache renunció. Y a la directora de salud pública de Río Grande la despidieron de su puesto”, Lucero dijo. “Así que, durante este brote, no teníamos ningún director de salud pública. Eso causó que las cosas fueran un poco más difíciles”.

Lucero ayudó rápidamente a reunir a organizadores de todo el Valle de San Luis, entre ellos Luis Murillo, director de una escuela de educación media en Center. Murillo ya contaba con una comunidad activa de padres para que lo ayudaran a pensar cómo compartir información sobre COVID-19.

“En ese grupo, tenemos un dicho: ‘Si no nosotros, ¿quién? S no ahora, ¿cuándo?'” Murillo dijo. “Y [el grupo de padres] dijo: ‘Estamos contigo’. Y realmente no sabíamos lo que eso significaba. En ese entonces, todo era muy alarmante, mucho más que ahora, creo”.

En las fases iniciales, el grupo produjo videos en español en Facebook para informar a la comunidad sobre COVID-19, y visitó a la comunidad en sus hogares para compartir canastas con comida, mascarillas y gel desinfectante de manos, además de folletos con información de salud. Entre septiembre y diciembre del año pasado, Murillo calcula que contactaron a cerca de 2,000 personas.

El modelo de Los Promotores ahora se está expandiendo más allá del Valle de San Luis

Cuando Miranda se recuperó de COVID-19, decidió contribuir y empezó a empacar cajas con comida para otras familias que necesitaban apoyo.

“Es lindo saber que a las personas les importas ahí afuera, que se preocupan por lo que está pasando, que están ahí todo el tiempo cuando se necesita”, Miranda dijo.

Después de que el grupo se formara en el Valle de San Luis, una organización estatal comunitaria de nombre Proyecto para Proteger los Sistemas Alimentarios (Project Protect Food Systems, en inglés) se involucró para ampliar el modelo de Los Promotores a más lugares en el estado. El grupo recibió más de $860,000 en fondos de la Ley CARES a través del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de Colorado (CDPHE, por sus siglas en inglés) para formar 25 redes regionales similares que ahora colaboran con información. Murillo es uno de los pocos organizadores regionales que colaboran para ofrecer soluciones de salud a trabajadores agrícolas latinos y sus familias.

Para Lucero, quien ahora trabaja como facilitadora de educación comunitaria para conectar a Murillo y otras personas con agencias locales de salud, este trabajo la ayuda a sentirse conectada en tiempos de aislamiento.  

“Me hizo más consciente de cómo las comunidades rurales trabajan juntas y de que no existen fronteras entre condados”, Lucero dijo. “Ya seas de Alamosa o del Condado de Río Grande, todos trabajamos juntos por el bien común”.

Janet Berger observó el efecto enseguida. Se hizo cargo de la dirección del Departamento de Salud Pública de Saguache después de que el director anterior se fuera en mayo.

“No había pasado ni dos semanas cuando nuestros casos bajaron a casi ninguno”, Berger dijo. “Solo necesitaban la información adecuada. Los Promotores fueron increíbles ayudándonos con eso”.  

El Departamento de Salud Pública de Saguache organizó una clínica de pruebas de COVID-19 en noviembre con Los Promotores, y Berger dijo que está trabajando con el grupo para compartir información sobre el acceso a la vacuna en la región.  

El Proyecto para Proteger los Sistemas Alimentarios está trabajando con el objetivo de obtener fondos para la red regional este año, ya que los fondos del subsidio del CDPHE se acabaron en diciembre de 2020. Mientras tanto, Murillo dijo que Los Promotores continuarán asegurándose de que las personas en el valle tengan lo necesario.

“Es un sueño que había tenido de conectar el valle, no necesariamente los Promotores, sino solo conectar a latinos que ayudan a latinos, familia que ayuda a la familia, así que me da gusto que esté rindiendo frutos”, Murillo dijo.

El grupo organiza eventos con líderes especializados en salud pública en su página de Facebook para compartir información sobre la vacuna. Además está colaborando con departamentos de salud pública como el del Condado de Saguache para organizar eventos de vacunación en el futuro.

Cómo obtener la vacuna contra COVID-19 en el Valle de San Luis

Quién reúne requisitos para vacunarse ahora en Colorado:

  • Cualquier persona de 60 años de edad o más
  • Maestros y personal administrativo en escuelas de kindergarten a 12º grado
  • Personas que viven en asilos de ancianos
  • Personas que trabajan en supermercados
  • Personal de salud/atención médica
  • Trabajadores que procesan productos agrícolas
  • Personas entre 16 y 59 años de edad con dos o más condiciones de salud de alto riesgo

Cómo programar una cita para vacunarse:

Traducido por Alejandra X. Castañeda.